El cuerpo habla y nos guste o no tenemos nuestro lenguaje corporal. Me parece super interesante saber cómo le llega a las personas con las que nos comunicamos ciertas formas de sentarnos, pararnos, hablar, usar las manos acompañando lo que decimos, etc.
Esto es bastante inconsciente, pero podemos hacer muchas cosas para tenerlo bajo control, conociendo algunos secretos a los que podemos prestar atención.
Hacernos conscientes de lo que nuestro cuerpo transmite
Determinados gestos, miradas, postura del cuerpo, etc son totalmente inconscientes. Ese es el quid de la cuestión: expresan lo que realmente pensamos y sentimos, aunque duren tan solo una fracción de segundos. Así mismo, nuestro interlocutor también recibe ese mensaje en forma inconsciente.
¿Nunca se preguntaron por qué hay determinadas personas a las que rechazamos con tan solo verlas? Una de las tantas posibles respuestas está en el párrafo anterior: nos están transmitiendo “algo” que nos causa rechazo sin siquiera hablar. Ese “algo” es lo que no podemos percibir en forma consciente, pero sin embargo está allí.
Por otro lado tenemos aquella parte de nuestro lenguaje corporal que sí podemos manejar y utilizar a nuestro favor. Podemos aprender y entrenarnos conforme a lo que queramos transmitir.
Nuestro lenguaje corporal y algunos secretos
Conociendo aunque sea lo básico de este tema ganaremos siempre porque transmitiremos casi (no olvidemos el inconsciente) exactamente lo que queremos.
1- De adentro hacia afuera y de afuera hacia adentro
Gente… lo que creemos y pensamos de nosotros, como nos sentimos… todo influye en nuestra forma de presentarnos al mundo, en nuestra postura. No caminamos, nos sentamos ni expresamos igual cuando estamos frustrados, enojados o tristes como cuando estamos felices con la vida y nosotros.
Pero al revés, también funciona el tema: una buena postura corporal de nuestra parte nos ayudará a sentirnos mejor y más seguros. Por el contrario, si nuestra postura corporal no es de seguridad y felicidad, nos sentiremos inseguros e infelices. Así que si no estamos en uno de nuestros mejores días: a mirarnos al espejo acomodar nuestro cuerpo como si fuera el mejor día de nuestra vida, regalarnos una sonrisa mientras pensamos “acá estoy yo”. Yo sin saberlo pero aprehendido de la viejísima película “All That Jazz” lo usaba y créanme que da resultado.
Acá uno de los secretos: a sentirnos y presentarnos seguros de nosotros mismos sea cual fuera la interrelación que tengamos, ya sea en una entrevista, o en un evento social. Cuando nos sentimos de esta forma nuestro cuerpo tiende a expandirse: tomaremos una postura erguida, nuestro mentón tenderá a subir, nuestros miembros inferiores y superiores tenderán a extenderse y en definitiva ocuparemos más espacio.
Todas estas posturas, forma de mirar, etc. podemos aprenderlas e incorporarlas. Si lo logramos vamos a sentirnos más abiertos, seguros, menos nerviosos y desde ya más felices y optimistas.
2- Pensar lo mismo que queremos transmitir
Si pensamos una cosa pero intentamos ocultarla, indefectiblemente, tarde o temprano, nuestro cuerpo nos delatará. Es más: es muy probable que nos vean como a una persona en quien NO tener confianza.
Acordémonos que tenemos una parte inconsciente que se refleja en nuestro lenguaje corporal. La mentira (pequeña o grande) llega en forma inconsciente a quien nos está escuchando. Es más, hay estudios realizados sobre los pequeños e imperceptibles contracciones de músculos de la cara, forma en que ponemos nuestras manos y demás frente a la mentira. Lo mismo aplica al nerviosismo por querer ocultar algo que está en nuestra mente. Si pueden vean la serie “Lie to me” (“Miénteme”), la mejor sobre el tema.
3- Contacto visual con nuestro interlocutor
En el post nuestros ojos hablan solos ya les conté un montón del tema… pero merece ser recordado aquí para completar esta nueva entrada.
Solo repetiré lo importante que resulta ese contacto visual que resultará tan malo en exceso como por defecto. O sea: ni mucho ni poco, en su justa medida.
4- Nuestros brazos
- Tratemos de no cruzarlos porque la otra persona lo comprenderá como una señal de desacuerdo, distancia, rechazo. Si encima nuestros pulgares quedan apuntando hacia arriba nos tendrán por orgullosos. En general es una postura que transmite que estamos a la defensiva.
- Tratemos de no poner un brazo sosteniendo al otro por delante de nuestro pecho: nos observarán como faltos de confianza en nosotros mismos. Lo mismo sucederá si nos auto-abrazamos.
- Si estamos sosteniendo algo y lo llevamos para sostenerlo hacia nuestro pecho se interpretará que estamos nerviosos y necesitamos protegernos a nosotros mismos.
- En cambio, si estamos parados: nada mejor que acomodar nuestros brazos detrás de la espalda, transmitiremos seguridad, confianza en nosotros mismos y nada de temor. También podemos dejarlos descansar a los lados.
Personalmente opto por dejar mis brazos al lado de mi cuerpo. Si de una reunión social se trata, intento siempre tener una copa en mi mano y si no nada mejor que mi amiga la cartera.
5- Nuestras manos
- Por los general acompañamos lo que estamos diciendo con movimiento de nuestras manos. Es más, puede que hasta expresamos con las manos lo que queremos decir antes de hacerlo. Realmente son una gran ayuda sobre todo si se condice con lo que estamos diciendo en forma oral o a punto de decir. Seremos realmente creíbles.
- Si estamos hablando de dos opciones y utilizamos ambas manos, tenderemos a enfatizar con la mano dominante aquella con la que estamos de acuerdo.
- Podemos emitir señales y comunicación con la forma en que mostramos nuestras manos. Si estamos mostrando las palmas transmitiremos honestidad y lealtad de nuestra parte, ahora, si cerramos los puños el mensaje será todo lo contrario.
- Si nos encontramos con que nuestros dedos están golpeando la mesa rítmicamente denotaremos que estamos impacientes, nerviosos, preocupados. También podría transmitir aburrimiento y fatiga de escuchar.
- Si queremos transmitir confianza en nosotros mismos nada mejor que unir las yemas de una mano con su correlativa de la otra.
- Ambas manos entrelazadas no transmite nada bueno, serán interpretadas como ansiedad y/o nerviosismo
- Las manos en los bolsillos no quedan nada bien y además transmitiremos falta de interés de lo que sea que estamos participando.
Personalmente, ante una reunión en la que no quiero transmitir “nada” apoyo cómodamente mis manos una arriba de la otra sobre la mesa.
6- Nuestras piernas
- Si de alguna forma tenemos las piernas cruzadas, nuestro mensaje será de resistencia, nada negociador y baja receptividad. Pero si cruzamos una encima de la otra (en la típica forma de cruzar las piernas masculina) es porque estamos listos para discutir y competir.
- El pie que se encuentra delante está indicando hacia dónde queremos ir. Por ejemplo: si se encuentra hacia afuera es porque nos queremos ir.
- Si una o ambas piernas tiemblan mientras estamos sentados denotaremos nerviosismo, irritación, inestabilidad.
Soy mujer, así que sin importar lo que transmita solo cruzo mis piernas elegantemente.
FINALMENTE
Este post pretende ser una modesta y pequeña guia para adentrarnos en los mensajes que nuestro cuerpo envía a las personas con quien interactuamos en cualquier situación que fuera. Podemos tenerlos en cuenta para utilizarlos nosotros o bien para interpretar a los otros.
Lo que hay que tener en cuenta que todos los mensajes corporales deben ser interpretados en su conjunto, no solo una parte del cuerpo.
Desde ya que hay muchísimo más, yo solo tomé un par para nuestro día a día. Si te interesó el tema te dejo un libro en pdf: “La biblia del lenguaje corporal” escrito por Judi James. Reconozco que tan solo observe de forma rápida y me pareció interesante y llevadero. Lo voy a leer completo porque el tema me fascina.
Lo que haces habla tan fuerte que no puedo escuchar lo que dices
Ralph Waldo Emerson (1803-1882) – escritor estadouniense