Estoy segura que en nuestro entorno laboral todos cumplimos determinadas reglas sin ponerle ningún tipo de rótulo, pero en realidad es lo que se llama “etiqueta en el trabajo”. Son ese conjunto de costumbres, formas y formalismos que consciente o inconscientemente cumplimos para formar parte de ese entorno laboral.
Me pareció interesante hacer un repaso de aquello que “debería” ser parte de nuestro comportamiento. No para darle un cumplimiento estricto, desde ya, sino porque creo que estas reglas realmente ayudan en esa enorme parte de nuestra vida que transcurre en nuestro lugar de trabajo.
Piensen solamente que de las 24 horas del día, 8 estamos dentro de nuestro ámbito laboral. Rodeados de gente que ocupa alguna de las categorías del organigrama de la empresa. No importa si son muchos o pocos, importa que con ellos convivimos mínimamente la tercera parte de los cinco días laborables de la semana. UN MONTÓN!!!!!!
Así que nada mejor que tener a mano este machete para ver si algo de lo que dice puede ayudarnos en esta convivencia diaria.
Etiqueta en el Ambiente de Trabajo
Cada grupo social que conforma la gente que trabaja en el lugar ya sea: empresa, grupo de trabajo, comercio, consultorio profesional, etc. tiene “sus” propias costumbres y/o reglas que se fueron formando a través del tiempo y la convivencia.
Claro que no vamos a encontrarlas escritas en ningún lado, así que de seguro las descubriremos cuando tengamos que incorporarnos a ese grupo humano. De esta forma tendremos, aunque sea socialmente, la mitad del camino recorrido.
Podemos ser maravillosos al manejarnos en la vida social en general, pero al ingresar a un grupo puede suceder que tengamos que ajustar nuestras formas de trato, comportamiento, estilo de vestimenta y demás a ese ambiente. Cuanto antes lo logremos mejor. No se trata de dejar de ser nosotros mismos, sino solo ajustar un par de cositas aquí y allá.
Vestuario
Es una de las cosas más sencillas y diría yo la primeras en las que nos tendríamos que enfocar. Es nuestra carta de presentación al mundo. Socialmente se espera que personas con determinado rol se vistan de determinada manera. Por otro lado una persona en relación de dependencia, representa a la empresa a la que pertenece frente a terceros (clientes por ejemplo).
Podemos acomodar nuestro estilo al vestuario de cada ambiente. No nos sentiremos muy cómodos si por ejemplo se espera que estemos vestidos con traje y no incorporamos a nuestro vestuario mínimamente un saco sastre. Y por su puesto, al revés: si el estilo es sumamente relajado seremos vistos bien diferente si aparecemos con un vestido como para ir a un cocktail.
Estos son dos ejemplos muy sencillos y burdos, pero creo que dejan muy en claro la idea. Aplicar las mismas reglas a nuestro estilo de vestir y arreglarnos nos va a ayudar muchísimo dentro de ese ámbito laboral al que ya pertenecemos o nos queremos incorporar. Recordemos que nuestra forma de vestir comunica y mucho.
Compartiendo el lugar de trabajo
Si nos toca trabajar en un lugar compartido con otras personas a tener en cuenta lo siguiente para que nadie sienta como una molestia compartir su entorno con nosotros:
- Si nos gusta trabajar escuchando música: nunca dejemos de ponernos los auriculares.
- El orden y limpieza ante todo: tanto al trabajar como al retirarnos: en general a la gente le resulta bien molesto vivir en el desorden o bien llegar y encontrarse con el lugar hecho un caos.
- A menos que sea la costumbre del lugar: no comer en el escritorio en el que estamos trabajando. De todas formas, si esta es la costumbre lo ideal sería cuidar el aroma de lo que consumimos. Imaginen estar al lado de alguien comiendo pescado, ajo, repollo o cualquier otro oloroso alimento. Ni que hablar si encima no nos gusta para nada eso que está comiendo el otro.
- El teléfono: si del celular de trata a dejarlo solo en modo vibrador. Si nos tomamos unos minutos para hablar de cosas estrictamente personales tiene que ser eso: solo unos minutos y desde ya que nadie debería escuchar nuestra conversación. No resultará muy serio ni agradable a los demás escuchar sobre si nuestro hijo fue el baño ni qué tipo de cosas hizo.
- Perfume, incienso y demás elementos aromatizantes: antes de usarlos lo correcto es preguntar a nuestros compañeros de lugar si les molesta.
- Aire acondicionado: si queremos prenderlo o apagarlo, otra vez: a consultarlo con el resto.
- Nunca invadir el espacio del otro:
- No interrumpirlos si están ocupados.
- Si necesitamos algo del escritorio de un colega a pedirlo prestado, jamás agarrarlo sin permiso, por más insignificante que sea.
- Nuestras cosas solo en nuestro espacio de trabajo, no usar ni un milímetro del escritorio de otro.
- Si no nos sentimos del todo bien: a tener en cuento que a nadie le gusta contagiarse, así que a tomar todas las medidas para ello.
Ya estamos felizmente integrados al grupo pero falta un poquito para no malograr lo conseguido
Y acá va otra lista, podrás estar de acuerdo o no pero me parece sumamente útil, sobre todo al comienzo. Con el tiempo podrá haber alguna que otra excepción, pero en principio creo que sirven las siguientes reglas:
- No dejar lugar al chisme.
- Si alguien no nos gusta, no hace falta demostrárselo. No es necesario confraternizar con esa persona pero tampoco debemos hacérsela pasar mal.
- Si bien hoy está muchísimo más generalizado que hace un par de años, nunca está demás prestar atención a quién y en que ocasión usamos el tuteo. Tengamos en cuenta que no sería nada raro que tratemos con gente acostumbrada y a la que le gusta tratar y que la traten de usted.
- Un par de costumbres de esas que nos acercan a los otros no viene nada mal: ¿Si un día llevamos algo dulce para nuestros compañeros?
- No nos juguemos a ponerle apodo a ninguna de las personas con las que compartimos nuestro lugar de trabajo.
- No hablar mal (ni bien) de nadie. En resumidas cuentas: de los otros no se habla ni opina.
- Frente a una duda: a preguntar. Es preferible esto a tener que hacer todo otra vez o bien echar a perder un trabajo grupal.
- La puntualidad es una de nuestras mejores aliadas.
- Una natural sonrisa siempre será bien recibida.
Si ya logramos una posición más elevada en el organigrama o bien somos independientes pero tratamos con otros en el mundo profesional o de los negocios… estos tips tambien te van a servir.
Solo dejo el link a una nota de “estrategiaynegcios.net” sobre el tema que me pareció alucinante y bien completita.
Ropa y modales no hacen al hombre, pero cuando los tiene, mejora mucho su apariencia.
Henry Ward Beecher (1813-1887) – clerigo estadounidense