Llegó el Coronavirus. Toda mi atención estaba puesta en las mil y una maneras de cuidarme y cuidar al resto, hasta que caigo en la cuenta que ESTOY DENTRO DE LA POBLACIÓN DE RIESGO…..
Yo que me veo joven, yo que tengo fuerzas, yo que tengo mil planes por delante… YO ESTOY DENTRO DE LA POBLACIÓN DE RIESGO!!!!!!
¿Se pararon a pensar dos minutos lo que esto significa?
Al principio todo se trataba de los cuidados para no contagiar y no contagiarme de esta nueva pandemia, el Coronavirus. Que si me quedo en casa o salgo a trabajar, que si me encontré con alguien que recién llegó de viaje, que si me saco los zapatos al entrar en casa, que si es mejor usar alcohol o lavarme las manos…. que si…. que si…
Mi primer sentimiento fue el estupor de sentirme “no joven” lo que duró un par de días. Ni que hablar cuando empezó la cuarentena y con tiempo de sobra mi mente voló con piloto automático.
La sensación fue que de golpe se me vinieron los años encima todos juntos y sin previo aviso. Me miré al espejo y la imagen que me devolvió fue exactamente la misma que el día anterior. Revisé mi humor y lo encontré como siempre. Miré a mi alrededor y todo estaba igual.
Sin embargo algo había cambiado. De no entender muy bien si estoy dentro de la segunda o tercer edad pasé a sentir con mayor intensidad la alegría de estar viva, con fuerzas y proyectos por delante.
Esto de estar dentro de la población de riesgo me hizo caer en la cuenta de lo que tengo que hacer. Decidí seguir con las cosas que me encantan de la vida pero con más intensidad. Pisar el acelerador más a fondo, no para llegar primero ni vivir más rápido, sino porque el tiempo pasa rápido y quiero que vaya conmigo y no atrás o delante de mi vida.
Cuidarnos entre todos del Coronavirus
Como no se trata de ser inconscientes, la Organización Mundial de la Salud nos brinda las medidas de cuidado y prevención porque si me cuido yo, te cuido a vos.
Estoy dentro de la población de riesgo…. ¿y qué?