Cuando algo nos gusta y queremos aplicarlo a nuestra vida lo ¿copiamos o aprehendemos?. Parece lo mismo pero hay una enorme diferencia. Si copiamos no hacemos más que un reflejo de eso que estamos repitiendo tal cual lo vimos. En cambio, si aprehendemos es porque lo captamos y adaptamos a nuestra forma para así incorporarlo.
Muchísimas veces no nos damos cuenta de la sutil diferencia y solo copiamos, con lo cual probablemente nos perdemos una preciosa oportunidad de incorporar a nuestra vida algo que nos hubiera resultado sumamente valioso o agradable.
Al copiar solo repetimos. Pero si en cambio aprehendemos aquello que nos gustó, lo copiaremos sí, pero con nuestro propio toque. Amoldaremos lo copiado a nosotros y así dejó de ser copiado. Ahora es diferente, está reinventado y es todo nuestro. Dejó de ser tan solo una copia para convertirse en algo propio, acomodado, convertido y mejorado para nosotros mismos.
Desfiles de moda, notas y programas de consejos sobre muchísimos temas, influencers… están ahí justamente para que los copiemos. Si nos encanta lo que nos presentan, genial, habrán logrado su meta: llegar a nosotros. Pero ahora que nos alcanzaron somos nosotros los que decidimos qué hacer: copiamos tal cual todo lo que nos encantó u optamos por amoldarlo y acomodarlo a nuestro cuerpo, estilo, forma de ser, rutina, etc. Si elegimos esto último es porque dejamos de copiar para aprehender.
Aprehendamos lo que nos gusta
Si la forma de vestir de alguien, sus modales, una determinada rutina o lo que fuera, nos gusta: ADELANTE pasemos a incorporarlo a nuestra vida. Pero CUIDADO, si solo lo copiamos y no lo acomodamos a nosotros notaremos y se notará que es solo una burda imitación. Es como intentar lucir un pantalón al que hay que acortar: nos quedará perfecto de calce pero no es para nosotros.
Copiamos o aprehendemos, hechos de la vida real
La verdad es que me encanta la idea de hacer aunque sea algo de ejercicio a la mañana temprano al aire libre. Leí mil notas de lo bueno que es a todo nivel. Copiar a la gente corriendo por la calle antes de ir a trabajar ni lo intenté. No es para mí eso de apurarme a la mañana, cambiarme, salir a correr (que no me gusta), volver a casa, bañarme, vestirme para mi jornada diaria, desayunar y recién comenzar con mis actividades. Me cansé incluso de escribirlo.
Lo que hice fue copiar la idea de hacer ejercicio a la mañana temprano y la acomodé a mi gusto. En lugar de salir a correr a la calle, hago bicicleta fija en mi balcón. Es más, como soy de levantarme tempranísimo, incluso más de una vez disfruto del amanecer y tengo además la ventaja de estar cómoda y segura en mi casa. ¿Causa gracia?, si… seguramente a más de uno…. pero la verdad… yo estoy feliz sin molestar a nadie!!!!!!!
La originalidad no es más que una imitación hecha con juicio
Haruki Murakami (1949) – escritor japonés